La Roja anda en busca de más remate
Todavía algo sacude nuestro subconsciente colectivo cuando escuchamos la palabra Turquía. A los de mi generación, y anteriores, nos educaron en el respeto a la ‘amenaza del turco’, que ni siquiera se apartó de nuestras mentes con lo de Lepanto. Además, en fútbol nos dieron un tremendo disgusto cuando nuestra Selección vivía su edad media. Nos dejaron sin ir al Mundial del 54, en una rocambolesca eliminatoria con desempate en Roma y sorteo. En el 50 habíamos sido cuartos, así que aquello del 54, para lo que se esperaba además contar con Kubala, se esperaba con ilusión. El chasco fue enorme.
Ahora están otra vez ahí. Se clasificaron (como los checos) en un grupo en el que cayó Holanda, lo que no es cualquier cosa. Su seleccionador, Fatih Terim, goza de un enorme ascendiente sobre el grupo. Y ahí están Arda Turan y Sahin. Turan ha pinchado en el Barça, pero tenemos bien fresca su imagen en el Atlético. Es un superclase, viene descansado y necesita rehabilitarse. Sahin fue una perla en el Borussia de Klopp; le fichó el Madrid, pero una lesión mal curada le atascó. Ahora, de vuelta al Borussia tras un paso por el Liverpool, anda bien. Y también es de temer el grandote delantero Yilmaz.
Todo eso, leyenda, historia y presente, justifica las precauciones de Del Bosque en la conferencia de prensa. Y hasta sin eso Del Bosque sería cauto. Lo es por naturaleza y más cuando percibe, como ahora, la amenaza de la autocomplacencia. España nos dejó tan contentos ante Chequia que la única preocupación ha sido que el dichoso algoritmo azerbayano ignorara a Iniesta. Pero Del Bosque sabe que el problema es otro. El problema es que cuesta el gol, y eso nos expone a peligros. Repetimos equipo, pero ha habido trabajo para mejorar la llegada de la segunda línea y el tiro desde fuera. Veremos si ha funcionado.