Todos con Carolina Marín
Carolina Marín es uno de los iconos de nuestro deporte. Nos descubrió el bádminton a base de victorias hasta ganar dos veces el Mundial. Sin comerlo ni beberlo nos encontramos con una candidata a medalla en los Juegos de Río. Pero no una candidata cualquiera, sino que salía como campeona en todas las quinielas. Ahora, a dos meses de los Juegos, se encienden las alarmas. No le ha ido muy bien en la gira asiática, y ha suspendido su participación en el Abierto de Australia. Unas molestias en la cadera tienen la culpa. Mas lo malo no son sólo esas molestias que se curan con descanso. Carolina Marín puede con el dolor, como ya ha demostrado en competiciones anteriores donde jugó, y ganó, mermada físicamente.
El problema de Carolina es ahora mismo el equilibrio mental. Tanto ella como su entrenador, Fernando Rivas, dan una importancia suprema a la preparación psicológica. Durante años Carolina ha tenido sesiones diarias con Pablo del Río, psicólogo del CSD. Sesiones que formaban parte del entrenamiento y a las que ella jamás faltaba. Por razones que no han trascendido, Pablo del Río ha dejado de ser su psicólogo. La ruptura ha coincidido con una racha de resultados no deseados. El equilibrio del que gozaba Carolina en su entorno se ha roto. Tiene un problema y hay que solucionárselo. Una campeona como ella no se puede quedar sola. Si necesita lo mejor hay que dárselo. Lo devolverá multiplicado por diez.