Nolito da un nuevo aire a La Roja
Me gusta Nolito, y creo que no soy el único. He ahí un jugador de desarrollo lento, que ha alcanzado el triunfo cerca ya de los treinta. No es lo normal. Recuerdo que Boskov decía: “Jugador grande se ve pronto”. Y así suele ser. La mayoría de los jugadores que no han despuntado en los inicios de su veintena se quedan en jornaleros de la gloria. Pero en todo hay excepciones, y una es la de este Nolito, al que ya vimos hace años meterle miedo al Madrid en un partido de Copa, cuando estaba en el Écija. Incluso pasó por el Barça ‘B’, pero no llegó a estabilizarse en aquella casa, que sin embargo ahora ha suspirado por él.
Felizmente, su constancia y su calidad natural le han acabado por abrir las puertas de la Selección. Bienvenido. Este equipo se ha ido renovando, cierto, pero tiene algo como de cosa ya muy vista. Los principales titulares llevan años ahí, por su mérito, desde luego. Se han ganado un respeto. Pero al equipo le viene muy bien esa sangre fresca que le inyecta Nolito, con un juego atrevido, vistoso y eficaz. Desde que decayó Villa, España no había vuelto a tener un delantero bullicioso y con gol, y bien que lo hemos echado en falta. Nolito afila nuestro ataque, se entiende con Morata y alegra el juego del equipo.
Hay pocos jugadores en este tiempo que hagan lo que él: que ataquen al defensa, lo encaren y se vayan. Y cuando un extremo limpia a un defensa en realidad está derrumbando una línea de cuatro. Juega con entusiasmo (como vive, como habla) y además coloca disparos de superclase con gran frecuencia. Le acompañan el talante, el acento andaluz, la sonrisa. No es de los más jóvenes del grupo, ni mucho menos, pero en cierto modo le cuadra ese papel de benjamín revoltoso que alegra a toda la familia con sus ocurrencias. Bienvenido sea este hallazgo oportuno para una Selección que necesitaba revitalizarse.