¡Una Yamaha ganando por motor!
Un circuito mágico. Mugello, uno de los circuitos más bonitos del mundo. Llegaba con toda la ilusión a un sitio que me encanta y en el que viendo cómo habían ido las carreras anteriores era optimista. Optimista pero con respeto con esos cohetes que son las Ducati, que habían preparado con mucho mimo su carrera. El ambiente en entrenamientos fue muy bonito pero nada que ver con lo que vimos el domingo. Las gradas a reventar y amarillo por todas partes. ¡Cómo adoran a Valentino!
Piloto fantasma. El fin de semana empezó con el patio revuelto con el tema fichajes. Viñales, Pedrosa, Dovi, Iannone... Y cuando todos estos estaban ya colocados entonces la gente empezó a mirar hacia nosotros. Por un rato dejé de ser lo que Bradley define como ‘piloto fantasma’. Me ha tocado contestar preguntas todos los días sobre qué voy a hacer el año que viene… ¡Antes de empezar la sexta carrera! A mí me sigue pareciendo una locura, pero nos obligan a todos a ir con prisas. Os digo una cosa: voy a intentar pensar las cosas bien y decidir lo que crea que es mejor sabiendo cómo han ido estos años. También sé que decida lo que decida siempre habrá quien diga que me equivoco y otros que me aplaudirán. Mi prioridad es tener algo que me mantenga motivado y que me genere ilusión. ¡Así de fácil, así de difícil!
Levantarse después de caer. Si digo que estoy contento con el GP diréis que estoy tonto... Se resume en una frase que usan los ingleses: ‘we had the speed’. A lo mejor contento no es la palabra, pero sí que al menos salí con la sensación de que tenía las condiciones para haberlo hecho bien. Un entrenamiento menos, un problema con un neumático que nos despistó, una caída probando un delantero complicado, tener que pasar por la Q1, caerme cuando iba a marcar un muy buen tiempo por el cambio tan brutal que dio la moto cuando el neumático funcionó como debía, salir atrás en la parrilla... Esto fue vital. Eso sí, salí bien, pero varios toques en las primeras curvas me dejaron descolgado y me obligaron a apretar para no dejar ir a los de delante, y propulsado por el rebufo de la Ducati de Pirro medí mal la frenada y me caí. Aunque no quise que fuese mi final en Mugello: me levanté, apreté lo que pude y, por lo menos, pillé un punto. Lo hice por mí y por mi equipo, a los que me quedó dar las gracias y pedirles disculpas por el error.
¡Una Yamaha ganando por motor! No he tenido tiempo de ver la carrera aunque sí el final. Bravo por Marc y Jorge por esa última vuelta. Aunque no les quieran mucho supongo que los aficionados italianos disfrutarían con el espectáculo. Yamaha ganó y lo hizo sobre la línea de meta, tirando de motor y usando rebufo. Algo hace un par de años casi impensable.
El caos de Moto2, la locura de Moto3. Moto2, ¡no se entendía nada! Al final solo diez vueltas que aprovechó de maravilla Zarco. Y en Moto3 puro espectáculo. Sobre todo ese final de recta con todos frenando a la vez. En esa locura con más de 20 pilotos ganó Binder que se está mostrando como un piloto muy sólido.
La más de casa. Y ahora a Montmeló, la carrera más especial del año, al ladito de Granollers. De pequeño me volvía loco escuchando los motores a través de la ventana del colegio. Siempre tienes más estrés allí, más este año, pero intentaremos resarcirnos de este último resultado y tener un fin de semana bueno de principio a fin. ¡Nos vemos por allí!