Zidane, hasta el final
Mereció la pena el cambio de Zidane. El Madrid no pudo ganar una Liga que había perdido hace ya algunos meses, pero la peleó hasta la última jornada. La contagiosa sonrisa del técnico se propagó por el vestuario, por la grada y el equipo. En esa comunión, ha caído sí, pero lo ha hecho de pie.
El partido de Riazor fue la historia de la enorme superioridad del Madrid respecto al Depor, personificada en Cristiano, pero resultó un ensayo provechoso para la final de Milán, porque ganar también se entrena y porque Zizou pudo dar minutos a James, a Isco y a Jesé, para dejar bien claro que hay también plan B para la finalísima de la Champions, por si se pone fea. Para todo lo demás, Keylor. Ya no es noticia que el Madrid consiga dejar su portería a cero y mucho menos que su portero deje intervenciones sorprendentes. La final de Milán va a ser el duelo de dos modelos, de dos entrenadores y de los dos mejores porteros de Europa esta temporada...