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El momento adecuado para refrendar a Zidane

El francés cambió el aire. Puede que el Real Madrid no gane la Liga, ni siquiera la Champions, pero incluso eso no debería ser óbice para que Zizou no siguiese al frente del Real Madrid. En un tiempo récord, el técnico blanco cogió un grupo de individualidades y los volvió a convertir en un equipo. Mutó la división del madridismo en una afición orgullosa y convirtió el entorno blanco en una zona de confort, poniéndole a cada debate una sonrisa, algo impagable en un club tan expuesto y escrutado hasta en los más pequeños
detalles.

Un gran entrenador para el Madrid. Puede que Zidane no esté entre los mejores entrenadores del mundo a día de hoy. Eso lo da una trayectoria y podría llegar con el tiempo, pero ha demostrado que es un magnífico entrenador para el Real Madrid. Eso lo da la psicología, la empatía con la plantilla y con el público, el adn blanco y, por supuesto, el carácter ganador. La victoria en el Camp Nou lo cambió todo. Dice muchísimo del técnico haber llegado al último partido liguero con opciones de título y, sobre todo, colocar al Madrid en la final de Milán. Sólo por eso, merecería ser refrendado y poner nombre de proyecto al futuro blanco. Lo hecho hasta la fecha tiene un mérito incuestionable.

El mercado no ofrece nada mejor. Jugando al pragmatismo, habría que pensar si hay un técnico en el mercado que pueda ofrecer mucho de lo que está dando Zizou al Real Madrid. Seguro que los hay mejores tácticamente o en el trabajo de campo, pero creo que no hay ninguno que vaya a instalar tanta tranquilidad, sabiendo que, después del verano, en las dos siguientes ventanas de fichaje podrían estar cerradas para el club blanco. Con el socio y los
jugadores de su parte, pero sobre todo con los hechos, poco más se puede pedir. Resulta cuanto menos cuestionable que sean los títulos el salvoconducto necesario para constatar una continuidad ya merecida.

Arbeloa se va como un señor. Algunos se sorprenden cuando un canterano debuta, la especial satisfacción y el sentimiento de pertenencia que recogen los aficionados en ese momento. Arbeloa tuvo que hacer un largo camino para demostrar que podía ser historia del Madrid y del fútbol español. Lo consiguió. Recibió un merecidísimo homenaje del Bernabéu y de sus compañeros. Lo suyo siempre fue defender. Dentro y fuera del campo. En eso ha sido un fuera de serie. Siempre fue de los suyos. Donde vaya, llevará la honestidad por bandera.