Al final hubo sorpresa en la Euroliga. El Lokomotiv eliminó al Barcelona y se metió en la Final Four. Junto al CSKA de Moscú, el Fenerbahçe de Estambul y el Baskonia de Vitoria. ¿O no fue tanta sorpresa? El Lokomotiv venía avisando. En la primera fase coincidió con el Barcelona y el Panathinaikos, y quedó primero de su grupo. En la segunda sólo le superó el Fenerbahçe. Después le tocó eliminarse con el Barcelona, con el resultado ya visto. Una cosa es que sea un equipo desconocido —juega en Krasnodar, decimoséptima ciudad rusa en número de habitantes, menos de un millón—, y otra que no tenga capacidad de estar donde está. Con cinco estadounidenses, un australiano y un español, Claver, ha hecho un equipo campeón.

¿Capaz de ganar la Euroliga? Pues eso se verá. En las semifinales jugará con el CSKA, que casi siempre se mete en la Final Four (doce de las últimas trece ediciones) y casi nunca la gana (dos veces en este periodo). Pero si la ganase el Lokomotiv podría darse el caso de que el campeón no jugara la próxima edición. Hay once plazas concedidas a dedo, entre ellas al Milán y al Maccabi, eliminados esta temporada en la primera fase, y las cinco restantes, comprometidas. Una de ellas es para el mejor clasificado en la liga rusa, sin contar al CSKA. Puede ser el Lokomotiv, pero la competencia es grande: Khimki, Kazan, Zenit, Novgorov... A la vista está que para la Euroliga los méritos deportivos no cuentan. Sólo el negocio de quienes aportan dinero.