Tres goles de Cristiano Ronaldo, tres goles más en su descomunal carrera en el Madrid. ‘Hat trick’ en una noche difícil, en la que un tropiezo hubiera sido un cataclismo. Tres goles de jugador descomunal, con poderío, técnica, instinto y fuego. Referente moral en la víspera, con su llamada a la afición. Referente moral y futbolístico en el campo, corriendo, exigiendo, rematando y marcando. Lleva ya 16 goles en esta Champions, a uno del récord, que él mismo posee, de hace dos temporadas. Ya son 93 goles en Champions. Y con los 46 de este curso, va, por sexto año consecutivo, camino de pasar los 50.

Un jugador así es mucho para el Wolfsburgo, que se encontró con dos goles seguidos en el 16’ y el 17’ cuando pretendía serenarse. A partir de ahí, el Madrid se tomó un respiro y los alemanes trataron de desplegarse, pero nunca se les vio entidad como para poner en problemas al Madrid. Y menos desde que se les lesionó Draxler, el mejor del grupo. A partir de su salida, no hubo dudas: todo era echar cuentas de cuándo llegaría el tercer gol del Madrid, que se demoró, pero cayó como fruta madura. Todo en un estadio jubiloso, que se reconoció en el recuerdo de tantas noches de remontada.

“¡Cómo no te voy a querer, cómo no te voy a querer, si fuiste campeón de Europa por décima vez!”, resonaba en el estadio. Y el “Así, así, así gana el Madrid”, creado en Gijón a la contra, recogido por el Bernabéu para estas ocasiones. El eco habrá llegado hasta donde quiera que esté Pedro De Felipe, uno de los ‘ye-yés’ que ganaron la Sexta. Hace casi cincuenta años de aquello. El tiempo pasa, pero hay situaciones en las que es fácil reencontrar, inalteradas, viejas emociones. De cuando en cuando, el Bernabéu nos devuelve una noche así y entonces se descubre que cincuenta años no es nada.