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Sólo el Madrid puede ganar la Champions siendo tan vulnerable

Soberbio Cristiano. El primer gol volvió a ser suyo en partido importante y nada fácil. Ser tan grande implica no dejar indiferente a nadie. Por eso, el legado del portugués se dimensionará convenientemente cuando deje el Real Madrid. Es el sinsentido de vivir en una cultura de quita y pon, que no respeta la historia, ni la magnificencia. Todo lo contrario que en el fútbol inglés, donde se acostumbra a respetar a los ídolos. El idioma español es tan peculiar que unos consideran a Cristiano soberbio en la primera acepción del Diccionario de la Real Academia, “que tiene soberbia o se deja llevar de ella” y otros, como el que suscribe, en la tercera acepción “grandioso, magnífico”. La sensación es que si Cristiano jugase en el Roma, otro gallo hubiese cantado en la eliminatoria.

El factor Lucas Vázquez. Modelo de futbolista ejemplar. Supo demostrar en el Espanyol que había mimbres para esperar algo grande de él. Como buen canterano, crea identificación con la grada. No hace ruido cuando no juega y se gana con creces la titularidad cuando le dan minutos. Su entrada en el partido fue determinante. Le quitó la ilusión al equipo de Spalletti, que mereció en los dos partidos no irse de vacío. A veces los que callan transmiten más que los hablan.

Puro desequilibrio. Es incomprensible que un equipo con una ventaja de dos goles en el partido de ida maneje tan mal los tiempos del partido, no entienda que no se trata de intercambiar golpes, sino de tener posesiones largas, de acabar jugadas y de evitar los contragolpes. Hasta el gol de Cristiano, el Roma pudo bajar el pulgar al Madrid, con seis ocasiones delante de Keylor, pero Salah y Dzeko van a tener pesadillas con lo que pudo ser y no fue.

Licencia para soñar. Los que quieran ver el vaso medio lleno, que también tienen derecho, saben que el Madrid tiene en Keylor Navas un porterazo de garantías, que con Casemiro se asegura la intensidad, que Modric es una brújula, que Bale en la izquierda es un fuera de serie, con Cristiano el próximo gol siempre está por llegar y que, con cinco partidos por delante, el Madrid es candidato a la Undécima. Está en su ADN, la particular genética de un equipo de estrellas que, siendo tan tremendamente vulnerable, es capaz de volver a hacer historia.