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Cristiano sigue tirando del carro

Cristiano marcó otros cuatro goles, con lo que sobrepasa a Zarra. Más allá queda, claro, Messi, que está en nuestro campeonato desde antes, porque en él echó los dientes. Cristiano ha adelantado a Zarra en menos partidos, pero ese dato ha de ser visto también desde una realidad: Messi juega nuestra Liga desde juvenil, terminó de cuajarse en ella, mientras que Cristiano llegó ya como jugador hecho, con Balón de Oro incluido, tras una larga mili en la Premier. En todo caso, ambos han adelantado a Zarra, que resistió durante tantos años, en los que por aquí pasó gente tremenda. Esto confirma que vivimos un tiempo extraordinario.


Cristiano marcó cuatro goles del Madrid seguidos en veintiséis minutos. Cuatro goles que transformaron un partido incierto (hasta ese momento repartido entre un cabezazo al palo de Iago Aspas y uno dentro de Pepe) en una festiva goleada. Al final la cosa se elevó a siete, con las felices aportaciones finales de Jesé y Bale. Un resultado brillante, inútil en la práctica, porque la Liga ya no es posible, pero válido para mantener viva la llama de la Champions. La regla de tres del ‘champioptimismo’ sería: si al Celta, que no es cualquier cosa, le pueden caer siete en el Bernabéu, ¿no le pueden caer al menos tres a cualquiera?


Todo es posible, Cristiano mediante. El ambiente anda tan revuelto que el público llegó a pitarle por un pase al vacío, por mandar el balón donde no había nadie, creyendo que había alguien. Pronto marcó el primer gol e hizo ese gesto feo de orientar una oreja. Una cosa y otra son reflejo de una inquietud provocada por la frustración de otra Liga que se escapa. Pero ni la culpa es de Cristiano ni éste hace bien en responder mal. Cristiano es de lejos lo mejor que tiene este Madrid de este tiempo, y cualquier posibilidad de enmendar la temporada pasa por él, por sus carreras y por sus goles. De uno en uno o de cuatro en cuatro.