Lo peor, las bajas para Cornellà

El Rayo tenía en sus manos ponerle una pizca de intriga a la Liga. El escenario era propicio con Vallecas lleno hasta la bandera y los de Paco llegaban sin miedo a reescribir el final de su cuento con el Barça. Sin embargo, la historia que se vio ya es harto conocida. Unos minutos notables de los locales, una letal efectividad de los azulgranas y unos franjirrojos que se quedaban con nueve. Caían los goles de Rakitic, Messi, Arda … Y sólo Manucho prendió la llama de la esperanza y logró su cuarta diana en la tercera jornada consecutiva en la que marca. Poco duró la alegría. A Luis Enrique le salió el plan y nada se desarrolló como Paco imaginó. Algo tuvo que ver el nefasto arbitraje de Bikandi…

Aunque la peor noticia para el Rayo no fue irse, de nuevo, con cinco bajo el brazo, sino las bajas. A los lesionados (Pablo, Miku y Jozabed) se suman los sancionados (Llorente e Iturra). Una sangría para visitar Cornellà el lunes. No obstante, por si alguien lo había olvidado, la grada lo recordaba: este equipo nunca se rinde. Se motiva más con los imposibles. Se aprieta la zona baja de la tabla, donde la Liga sí está más viva que nunca. Gigantes o molinos, cuerdos o locos… los rayistas seguirán peleando por mantenerse y reencontrarse con grandes a quien tumbar como ya hiciera su más célebre Matagigantes.