Decimocuarta derrota del Madrid

Fenomenal la canasta de Llull el pasado domingo. Más meritoria aún resultó la semana anterior la victoria del Madrid en la Copa. Se pueden celebrar ambos acontecimientos merecidamente cuanto se quiera y más. Pero hay una realidad: al equipo le cuesta carburar una barbaridad este año. Ayer llegó el CSKA de Moscú y le endosó al Madrid la decimocuarta de la temporada. Demasiadas. La de la Supercopa, cuatro en la Liga y nueve en la Euroliga. No es cuestión de un solo encuentro. Tampoco, de mala suerte. Ni de una racha adversa. Es cuestión de que la defensa no funciona. Se han perdido siete partidos tras haber encajado más de 90 puntos; en cinco, más de 80. Así resulta muy difícil ganar partidos.

Mismamente ante el CSKA, el Madrid no jugó mal. Tuvo intensidad, no sufrió despistes y sus jugadores ofensivamente estuvieron a la altura de las dos figuras rivales: Teodosic se quedó en 15 puntos, y De Colo, en 12, mientras Ayón anotaba 20, Sergio Rodríguez 15, Llull 14 y Reyes 13. Pero encajó 96 puntos. Una barbaridad. El problema está atrás, donde no bastan las buenas defensas individuales. Esto se viene repitiendo una y otra vez en cuanto el equipo se enfrenta a un rival de cierta entidad. En lo que va de temporada, el Madrid va perdiendo 2-0 en sus enfrentamientos con el CSKA y el Barcelona, y 2-1 con el Baskonia y el Khimki. El vaso se podrá ver lleno o medio vacío, nada hay perdido, pero el balance es preocupante.