Ventilador en marcha y la soledad de James e Isco, los nuevos Özil y Di María
Los sospechosos habituales. La historia se repite de manera fidedigna. Balones de Oro en potencia cuando llegan, mediapuntas exuberantes, técnicamente superdotados. Da igual que se llamen Özil, Di María, antes o ahora James o Isco. Otro proyecto en el limbo y hay que ponerle cara y ojos a la crisis, pero sin gafas, que es donde realmente está el problema del Real Madrid. Jugadores pitados con razón por mal rendimiento, pero señalados sin ella, con filtraciones interesadas de su vida disipada o acusaciones de peseteros. El bucle que no cesa.
Entre la undécima y la nada. Esperando a que suene la flauta, con la música de la Champions, el madridismo ha perdido la sonrisa, porque equipos con problemas siderales en los despachos son capaces de ser mejores o competir mejor, por tener proyectos deportivos fuertes, agarrados a una idea (Barcelona), a un entrenador (Atlético) o suplir limitaciones presupuestarias con un proyecto alrededor del fútbol (Villarreal). Florentino, que no aprende ni de su historia, ha convertido al Madrid, en lo deportivo, en un experimento de prueba y error, con resultados impropios del mejor club de la historia. De Ancelotti a Benítez, de Benítez a Zidane, de Zidane a… El bucle que no cesa.