Hablando de elecciones en el Madrid...
Veo que ante la crisis del Madrid hay quien habla de elecciones. Quizá forme parte de ese reflejo condicionado extendido en el madridismo de mirar al Barça a cada paso, como ocurría antes en sentido contrario. Es lo que ha conseguido Florentino: ahora el referente para el Madrid es el Barça, como durante tanto tiempo el referente para el Barça fue el Madrid. Se recuerda que en enero pasado, tras la derrota en Anoeta, Bartomeu convocó elecciones y creó un compás de espera que trajo la paz. Y en esa paz el Barça se rehízo y acabó ganándolo todo. La perspectiva de elecciones deshizo los enredos.
Lo malo es que en el Madrid no cabe una expectativa de elecciones ‘de verdad’, porque la asamblea, bien organizada y mejor pastoreada por el florentinato, aprobó en su día unas condiciones draconianas para ser candidato. Veinte años de antigüedad como socio y un aval previo tremendo, con el patrimonio personal. Aval que, por cierto, Florentino y sus sabandeños no tuvieron ni tienen que poner porque ya estaban antes. Ni siquiera podría presentarse Boluda. Le falta año y medio para cumplir los veinte de socio. Tampoco Santiago Bernabéu, si viviera. No era un amillonado.
Pero ahora sí hay unas elecciones, que deben movilizar a quienes quieran recuperar el club para los socios: las elecciones a compromisario. Se elige a 29 entre cada millar de socios. Los que quieran derogar aquellas condiciones extremas para ser candidato a la presidencia (un grupo lo intentó en el juzgado, perdió y recurrió) deben empezar por pelear por un puesto en la asamblea. En la web del club está la convocatoria. Es difícil, porque el poder maneja bien ese instrumento. Pero aunque sea un camino largo, es el único. Lo otro, gritar en el Bernabéu, es un buen testimonio, pero sólo eso.