El delantero, el gol y las estadísticas
Un Cristiano Ronaldo reivindicativo dijo tras el derbi que “las estadísticas no mienten”. La frase pasó desapercibida en mitad de la que se montó después, pero conviene rebatirla. La modernización en la preparación deportiva ha traído las estadísticas a la primera línea de trabajo. Es una buena noticia. Pero por muy completas y pormenorizadas, sólo son un complemento, jamás debe sustentarse una decisión o un veredicto exclusivamente en ellas. Y esto se debe precisamente a que, cuando quieren, las estadísticas mienten, claro que mienten. Y mucho.
Diego Pablo Simeone destacó a Griezmann y a Fernando Torres en rueda de prensa por su encomiable trabajo, un halago muy significativo dentro del contexto general de la temporada. ¿En qué asiento del Excel reflejamos ese sacrificio bien hecho? ¿Qué estadística demuestra que el rendimiento fue satisfactorio y clave del triunfo? ¿Dónde añadir a la suma que una línea atacante te permite plantar el bloque 20 metros más adelante cuando conviene? ¿Qué casilla nos dice que hacer un desmarque (o no hacerlo) ha sido crucial para el gol de un compañero? ¿En qué número nos debemos fijar para discernir si un uno contra uno marrado ha sido fallo del atacante o acierto del portero?
Para responder a todo eso hace falta incluir el factor humano en el análisis y en el analista. Ese intangible es el que acaba reflejándose en los números, también en el marcador. Pero no se puede ir en sentido contrario, viendo solo unos números evaluar una actuación colectiva o individual. Por eso un abatido Zinedine Zidane habló de “tema mental”, su 67% de posesión, por ejemplo, carecía de sentido en su análisis y sólo un robot lo nombraría como logro tras lo visto en el terreno de juego. Y quizá sea el fútbol el deporte donde menos conclusiones se extraigan de las estadísticas. Y también quizá sea ese el secreto de su éxito universal.
El Cholo habló claro en enero sobre Fernando Torres y su renovación. Apeló a una de sus máximas: “El rendimiento lo dirá”. Todos miran desde entonces sin cesar la casilla de goles marcados por el delantero, pero el entrenador sigue mirando donde siempre. A todas esas cosas que le pide al jugador, algunas de las cuales llevan a que sus cifras goleadoras crezcan, pero siempre como consecuencia del resto del trabajo que debe realizar por el bien de todo el equipo. Que en un delantero del Atlético ese trabajo a realizar es bastante más del habitual en otros equipos.
Cuando de pequeño nos llevaron a visitar un parque de bomberos con el colegio, recuerdo la sorpresa que me llevé al enterarme que ellos hacían muchísimas más cosas que apagar fuegos. Nos hablaron de que su día a día eran también inundaciones, accidentes de tráfico, rescates, casas en ruinas y hasta hacerse ellos la comida en el parque. A partir de ese momento les admiré mucho más. Pero en la tele siempre les sacan con la manguera. Es lo que hay.