Jesé, fuera de serie

El idilio de Zidane con la Champions vivió su primer episodio en Roma, en el partido más exigente desde que el técnico francés se sentó en el banquillo blanco. El Madrid, al que aún le falta mucho por zurcir en continuidad y cantidad de ocasiones concedidas, impuso su jerarquía en los últimos metros del Olímpico de Roma por la impresionante pegada de Cristiano, al que le brota de manera natural su química con Zizou, y por la nunca desdeñable aportación de Jesé.

Siempre se vislumbró en el canario un Cristiano en potencia, un jugador con un físico portentoso y que marida bien con el gol. El suyo vale más de lo que parece. Desde la etapa de Ancelotti, Zizou sabe que Jesé puede ser la diferencia entre el bien y el mal, aún asumiendo un papel no protagonista. En plenitud, es un gran activo para los meses de la verdad. Un elemento de gran valor para tener a las megaestrellas con las orejas levantadas. En el banquillo hay otro fuera de serie.