Cristiano, Zidane y la rajada de Benítez

La primera salida europea del Madrid de Zidane se saldó con un victoria clara, que es lo que queda. Confieso que el partido no me entusiasmó. Me pareció infumable en sus tres primeras cuartas partes. Allí no se movía más que Salah, que bullía por la banda derecha del Roma. En el resto del campo existía como un pacto de no agresión, un poco a la italiana, que por ratos se hacía irritante. Habrá que culpar más, claro, al Roma, que jugaba en casa y por tanto estaba obligado a más. Pero el fútbol italiano sigue preso de viejas manías: mejor no encajar; y si acaso se puede meter medio gol, pues mejor todavía

En aquel aburrimiento surgió, ya bien entrada la segunda parte, el golazo de Cristiano, un relámpago en la noche. Marcelo le avanzó el balón y Cristiano se marchó con fuerza, hizo un regate por detrás (patente en su día también de Cruyff) y coronó con un derechazo a la escuadra gemela del que le endosó a Gorka el sábado pasado. Un gol fuera, eso es todo lo que se pide en un partido así. Spalletti sacó no mucho después a Dzeko, cuya presencia proteica en el área se notó. Creó problemas y el final del partido fue más animado. Pero el que cazó el gol fue Jesé, que entró por James, en una gran escapada.

En definitiva, 0-2. No fue un gran partido (nada que ver con el PSG-Chelsea de la víspera) pero marcó la distancia entre los dos equipos. ¿Cuál de los jugadores del Roma podría tener plaza en el Madrid? Esta primera cuesta en la carrera de Zidane era en realidad una loma de tercera. Lo duro vendrá más tarde, pero hoy es válido el optimismo. El Barça ganó en Gijón, sí, la Liga está carísima, sí, pero en la Champions nadie está ahora mismo por delante del Madrid, al que ya vemos en cuartos. La única mala noticia ayer fue la rajada de Benítez. No le quito razón, pero es poco gallardo decirlo ahora.