El Queso Mecánico del Siglo XXI
Bendito Alba. Es difícil mejorar el clima de unidad que ayer tuvimos la suerte de disfrutar durante dos horas con todas las fuerzas vivas del histórico club manchego, el único de esta tierra que ha jugado en Primera División. La afición (abarrotó las dos salas del Gran Hotel), los ilustres veteranos (Juanito, Catali, Antonio, Julián Rubio, Pepe Carcelén, César Ferrando...), un presidente joven e intrépido, un entrenador mesurado e inteligente y dos capitanes comprometidos y orgullosos del escudo que defienden (Miguel Núñez y el jabalí Paredes). Todos transmitieron ilusión y entusiasmo para conseguir un doble objetivo: asegurar este año la permanencia en la Liga Adelante y lanzarse la temporada que viene, sin complejos, a por el soñado ascenso a la verdadera elite del fútbol español.
Los tiempos de El Queso Mecánico, adiestrados sabiamente por Benito Floro en el banquillo y Rafael Candel en el palco, no quedan tan atrás. Hace un cuarto de siglo el Alba demostró que el espíritu irreductible de los manchegos puede con todo. Ese equipo revolucionó las tácticas del fútbol y hasta rozó, en su primer año entre los grandes, su clasificación para la Copa de la UEFA. Nadie olvida a los Zalazar, Corbalán, Menéndez, Delfi Geli, Rommel o Gabelo Conejo. El Alba tiene un proyecto sobrio que no depende del resultadismo, creen en lo que hacen y la ciudad estará al lado de este equipo en las duras y en las maduras. El objetivo es ir creciendo y apuntalando una manera de trabajar alejada del desquicio habitual que reina en el actual fútbol profesional. ¡Alba, feliz 75 aniversario!