China es un tigre de papel. La Premier, no
Nuestro fútbol, depredador natural los últimos años, afronta ahora dos competencias: China y la Premier. Por muchas crisis que se sobrepongan, se constata que el precio del futbolista sigue subiendo. Nos estábamos acostumbrando a que éramos los más rumbosos en esto del fútbol, a que los rivaldos, ronaldinhos, figos, zidanes, ronaldos, beckhams, messis, cristianos, bales, neymars o cualesquiera estaban destinados a jugar aquí, cuando de repente nos encontramos con dos competencias agresivas. La Premier crece tanto que insinúa la amenaza de 190 millones por Neymar. Y emerge el gigante chino.
Dejemos a un lado, por el momento, China. Digamos que todavía sólo es un tigre de papel, y que Mao me perdone. Por mucho que paguen, y pagan mucho, ningún jugador que se precie y en edad de merecer se va a ir en estos tiempos a un fútbol que da mucho dinero, pero que sólo da eso. Ahí ha ido Jackson, sí, rebotado en el Atlético. Su imagen el día de la firma no era la de un hombre feliz. Va a ganar mucho dinero, va a resolver su futuro y el de su progenie hasta la tercera generación, pero en esa firma estaba tirando la toalla. Renunciaba a ser ‘gente’ en el gran fútbol. De ahí su triste mirada.
China es una amenaza para nuestro fútbol, pero sólo hasta ese escalón: el de los que ya sólo pueden esperar dinero pero han renunciado a la gloria. Para los que pueden aún aspirar a ambas cosas, la tentación es la Premier. Ahí se reúne todo: la solera, el respeto, el ‘glamour’ de la Champions... y el gran dinero... Me temo que aquel propósito del ‘fair play’ financiero ha pasado al limbo de las buenas intenciones. La Premier suma a su fuerza natural unas inyecciones incontroladas de dinero exterior que contribuyen a la felicidad de un fútbol de por sí prestigioso. La Premier no es un tigre de papel.