En Valencia tenemos por costumbre quemar cosas. Y si llevan un petardo dentro, mejor. Pero no se crean que prendemos fuego a las cosas viejas. En Valencia, en apenas mes y poco, quemamos obras de arte como son las Fallas, monumentos a los que sus artistas dedican un año de su vida en su diseño, moldeaje y pintura. Y a los cuatro días de dar vida a miles de ‘ninots’ en las calles, los quemamos una noche y a la mañana siguiente ya estamos pensando en otros. Es nuestro ADN y el Valencia Club de Fútbol tiene ese gen.

Gary Neville ya está quemado. Puede ser ceniza el próximo lunes o en junio. Next question, next coach. Si llega hasta el final de Liga, mejor. Así García Pitarch podrá elegir con tiempo al nuevo entrenador. Pero ahora la cuestión es que la figura del inglés no reste credibilidad a la de Pitarch. Que no le queme, para entendernos. Digo ésto porque, como el Valencia no le gane al Betis, lo que se va a juzgar en el despido (o no) de Neville va a ser el grado de independencia o, mejor dicho, poder de asesoramiento del director deportivo con respecto a Peter Lim y ante sus amigos.