La defensa de Cristiano
El Madrid de Zidane habla en largo, en corto, aprieta arriba, se divierte y contagia al Bernabéu su alegría, con fútbol y goles, por ese orden. Si de golpe y porrazo aparecen las mejores versiones de Kroos, Modric, Isco, James, con las apariciones estelares de Marcelo y Benzema, estamos ante un equipo, que interpreta el fútbol como le gustaba a su ahora técnico cuando llevaba el cinco a la espalda. Cristiano merece reflexión aparte. Expansivo en sus gestos y transparente en sus emociones, entendió el mensaje de su entrenador y se puso las pilas en defensa, como pocas veces se le recuerda.
Corrió para los demás, dejó tirar faltas a James y, de paso, dejó otro triplete y uno de los golazos de la temporada, con mirada a los prejubiladores habituales. Más allá de refrendar este nivel ante toros de más empaque que este timorato Espanyol, jugar sonriendo es un cambio radical para bien. Tan distinto como ver defender a Cristiano como un poseso.