Dos tridentes brillantes y el de Neptuno
Esta Liga ha transformado el ya tradicional duelo entre Cristiano y Messi (uno del otro en pos, como los camellos en ‘La Venganza de Don Mendo’) en una carrera de tríos. La BBC y la MSN. Bale-Benzema-Cristiano frente a Messi-Luis Suárez-Neymar. La BBC estaba más vista, y parecía mucho más ‘C’ que otra cosa, de ahí que se hablara antes del tridente del Barça como algo extraordinario. Un amigo culé me preguntó sobre algún trío de ataque parecido en la historia del fútbol. Pensé en Garrincha-Vavá-Pelé, dentro de una delantera de cinco en la que Didí y Zagalo se movían por más atrás.
Pero he aquí que en el propio campeonato español da la réplica el fenómeno real del tridente madridista, en el que Cristiano ha dejado de ser más que los otros dos juntos para fundirse con ellos. Como en el Barça, el ataque del Madrid es uno y trino, un solo ataque con tres personas que son una misma y de ahí caen sobre la tierra, en un caso y otro, goles que para sus fieles son bendiciones y para sus infieles plagas bíblicas. Me imagino que enfrentarse a eso es aterrador. Llámese BBC o MSN, todo lo que sea salir con menos de cinco goles en contra es haber salvado decorosamente el compromiso.
Pero hay un tercer tridente emboscado, que no luce tanto pero resulta. Sería el que forman Simeone, Oblak y Griezmann. Simeone es la mano que fija el orden en el Atlético, Oblak es la garantía última que protege la portería (trece partidos imbatido en la Liga), Griezmann es el que suele marcar el gol que falta. Es un modelo menos brillante, con mal traslado a portadas (de eso se quejan los atléticos y no les puedo quitar razón) pero que vale para encabezar hasta ahora la Liga. No les hacen falta goleadas porque dejan un día y otro su puerta a cero. Su tridente no opta al Balón de Oro, pero lo sostiene Neptuno.