El cambio de Zidane que sí beneficia a Gareth Bale
Zizou toca teclas de futbolista. Sería injusto decir que con Zinedine Zidane ha aparecido una nueva versión de Bale porque en los últimos partidos de Benítez, el galés ya había destacado. Parece claro que el nuevo técnico, como leyenda del fútbol que es, tiene la autoridad moral para convencer a cualquier jugador de lo que es mejor para él. Bale da su mejor versión jugando por fuera o llegando al área, con espacios. Jugar de espaldas a la portería rival solo puede ser excepcional. Además de los indicios futbolísticos que apuntó el Madrid y haber cambiado el sentido del viento en cuatro días, lo que más aprecian los exjugadores de Zidane fue el cambio de Bale. Sólo alguien que ha estado allí abajo sabe ponerse en la piel del futbolista y, después de su partidazo y sus tres goles, el mejor tributo al partido del galés era regalarle la ovación que necesitaba sentir del Santiago Bernabéu.
Echará de menos la Copa. Por lo visto en su debut ante el Deportivo, parece claro que Zidane quiere tener enchufados a los Isco, Jesé, Varane y lo más normal sería ver a James en el once inicial ante el Sporting. Zizou va a echar mucho de menos la Copa, que le hubiese ayudado a repartir minutos y hacer sentirse importantes a todos los jugadores de la plantilla, pero sobre todo porque los partidos son el verdadero campo de pruebas de los cambios tácticos que pretende implementar: presión alta, distancia entre líneas o velocidad de repliegue para conceder menos ocasiones y aumentar el tiempo de posesión.
La madurez de Cristiano y Messi. En estos tiempos de cólera, conviene pararse también en los gestos positivos que los dos mejores jugadores del mundo regalaron en la gala del Balón de Oro. Se percibe otra madurez, la que seguramente confiere tener hijos, con la inherente responsabilidad de ser ejemplares. Según pasan los años, ambos parecen tomar conciencia de lo que su rivalidad supone para el fútbol. Messi llegó a decir que se respetaban y se admiraban, algo que nunca debería estar reñido con amar unos colores.
El renacimiento de Higuaín. Tantas veces vilipendiado por aquel gol que falló, por aquel penalti que erró, tan reiteradamente cayó el argentino que uno no puede dejar de admirar su capacidad para volver a levantarse. El siempre estigmatizado Pipita es el máximo goleador de la Serie A y el verdadero artífice de que el Nápoles sea líder en el Scudetto al final de la primera vuelta. Una auténtica hazaña futbolística en un club no tan grande.