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Porque el Pisuerga pasa por Valladolid...

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, González González pitó dos penaltis en el área de la Real que enfurecieron a Aperribay y avergonzaron a todo madridista de bien. Cristiano falló el primero pero marcó el segundo, abriendo así el marcador en una tarde que empezaba a enturbiarse para Benítez. Mejores motivos pudo tener González González para pitarle dos penaltis a Pepe, uno en cada tiempo: el primero, por frenar a Jonathas con un pisotón tras comerse un caño en el área, el segundo por arrollar Yuri en una de esas valentonadas suyas. Pero esos dos penaltis se fueron al limbo.

Entre eso y un par de buenos goles desconectados de cualquier cosa parecida a buen juego, el Madrid sacó un partido en el que fue a menos y la Real a más. Como tantas veces, el equipo de Benítez perdió el medio campo, lo ocupó el contrario y el público se impacientó. Y eso que buena parte de él era un tanto turístico, en relevo de habituales a los que les pillaba de vacaciones o en el trabajo. Sobre el Bernabéu hay una nube negra a punto de descargar. No fue ayer gracias al árbitro y en parte también a Cristiano, cuyo segundo gol llegó en los peores momentos, pero sigue ahí. Cualquier día descarga.

Como el Pisuerga seguía pasando por Valladolid, Bikandi, un desastre de árbitro, pitó en el Camp Nou un penalti decididamente surrealista, por manos del portero. Ahora el que se puso como una fiera fue Mel, expulsado. El Barça encarriló el partido ahí, con el agravante de que hubo un par de motivos para anular el gol subsiguiente, en realidad autogol. En fin, tarde y noche de desastres arbitrales a favor de los dos grandes y, entre una cosa y otra, victoria a su manera del Atlético. Trabajada, ante un buen Rayo, arrancada muy al final gracias a unos cambios acertadísimos. Feliz año a todos.