Carmena no defraudó a sus ciudadanos y le dijo a Florentino: "¡No podemos!"
¡Los niños! Ni siquiera le sirvieron unos argumentos que podrían enternecer el corazón del más pintado. “Estamos hablando de la felicidad de los niños. ¡De los niños...!”. Sí, lo dijo tal cual lo leen. Tampoco le valieron otras razones esgrimidas, estas más prácticas y mundanas: “La marca España, la marca Madrid”. Florentino fue al Ayuntamiento el jueves 5 de noviembre con la esperanza de acordar con el gobierno de ‘Ahora Madrid’ un cambio en la Ley del Suelo (casi nada) después de que la Justicia tumbara definitivamente la pretendida reforma del Bernabéu.
La alcaldesa. Si la cara es el espejo del alma, la de Florentino en la foto que ilustra este texto indicaba que, tras las pasadas Elecciones municipales, tenía la certeza de cuál sería la respuesta de Manuela Carmena cuando fuera al Consistorio a abordar el tema con ella. Si no responde al “interés general”, pensaría, poco hay que hacer. O al menos esa fue la premisa por la que la nueva alcaldesa fue votada, a buen seguro, por miles y miles de ciudadanos, muchos de los cuales verán también la reunión que Florentino ha montado cada dos domingos en el palco del Bernabéu como la representación más fiel de aquello que detestan sobre cómo funcionan los poderes financieros, políticos e incluso judiciales que rigen sus (nuestras) vidas.
Un ejemplo. Que alguien se sienta legitimado para aparecer por un ayuntamiento exigiendo un cambio en la norma para poder llevar a cabo un proyecto que le ha tumbado la Justicia (porque no se ajusta a la legalidad y “no responde al interés general”) es el mejor ejemplo de ello. Pero Carmena, que fue al palco una vez, sí (en el partido ante el PSG para acompañar a la alcaldesa de París, Anne Hidalgo), no ha defraudado a sus ciudadanos.
Casualidad. Los miembros del TAD han sentido estos días mucha presión. No decidían sobre una amarilla, sino sobre la eliminación del Madrid de la Copa tras un error institucional que deja al descubierto las vergüenzas de la gestión de Florentino. No es casualidad que en la sede del TAD en Ferraz y en el CSD se recibieran llamadas, ni que incluso Rajoy, estando como estamos a las puertas de unas Elecciones Generales, se interesara por lo que pasaba. Casualidad es otra cosa. Por ejemplo, que te pongan una querella y que ésta acabe en el juzgado del que es titular un juez que es primo de un alto cargo de la multinacional de la que eres dueño. O casualidad podría haber sido, también, que el Ayuntamiento cambiara la norma que imposibilitó hace poco la reforma del Bernabéu...