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El Real Madrid no puede encender otra vez la trituradora de entrenadores

Echar a Benítez no es solución. Lo que le faltaba al Real Madrid para poner colofón a su Annus Horribilis sería servir en bandeja la cabeza de Rafa Benítez antes de que acabe la temporada. Sería la penúltima prueba de los tumbos deportivos que viene dando el presidente y la enésima constatación de que el proyecto no tiene línea argumental, más allá del último resultado. Por muy doloroso que resulte el 0-4 del Clásico o la imagen del primer tiempo en El Madrigal, prescindir de Rafa Benítez sería el colmo del despropósito.

Más técnicos que Copas de Europa. El próximo cambio de técnico ya sería todo un símbolo en la era Florentino por tener más entrenadores (11 cuando pase Zidane o el que venga) que Copas de Europa el club en su historia. No valen los teóricos blandos que ganan Champions pero malcrían, ni los exigentes, que pierden el cariño del vestuario, ni los meticulosos que necesitan tiempo para instaurar su método. Como si antes de ser fichados, no se supiera exactamente el perfil que se está contratando, como si diese igual 8 que 80. Benítez ha sido, es y será un técnico de un perfil muy claro. No puede ser que todos los proyectos nazcan muertos antes de empezar.

La declaración de Cristiano. No lo hizo como reproche, sino como reflexión. El portugués, en la interesante entrevista en ESPN, dejó claro que los vaivenes son enemigos de los proyectos deportivos: “Creo que a veces hace falta tiempo para que los jugadores nos conozcamos unos a otros y también al entrenador. Ésa es la única manera de mejorar a nivel individual y colectivo”. Un canto a la estabilidad antes de la inesperada tormenta de El Madrigal. Lo dice la estrella del equipo en frío.

La responsabilidad de los jugadores. Está claro que los futbolistas, Cristiano el primero, están obligados a dar un paso al frente, explicar cómo es posible que en un mismo partido parezcan tan displicentes primero y tan enchufados después. Ahora es cuando deben verse los líderes y poner los hechos a la altura de las palabras. Ya sabemos que el eslabón más débil es el entrenador, pero no sería justo que se fueran de rositas los que juegan. Queda mucho. El Madrid aún está en disposición de ganar Liga y Champions, con estos futbolistas y con este entrenador. Por más fuerte que suene Zizou.