Un mago que siempre juega limpio
El mundo se estremeció al verle salir del campo en camilla tras romperse el ligamento cruzado en 2006. Una brutal falta del boliviano Peña le fracturó el peroné en 2002. Tres descensos le desgarraron el alma... Por todo ello y alguna razón más siempre he creído que el fútbol no se ha portado bien con uno de los jugadores que más han honrado y dignificado este deporte: Juan Carlos Valerón. La sensación que tengo, ahora que se acerca su retirada de los terrenos de juego, es que el abuelo de la Liga le ha dado más al fútbol de lo que el fútbol le ha dado a él. Pero la injusticia con Valerón es mayor si nos referimos a los dirigentes deportivos de este país. Ninguno ha estado a la altura de la figura del Flaco (así le llaman su amigos). Ni LaLiga ni la Federación Española de Fútbol ni el Consejo Superior de Deportes... han tenido a bien reconocer nunca la trayectoria de un futbolista modélico y que siempre ha sido un ejemplo de juego limpio. Quizá haya sido porque los mandamases prefieran fotografiarse con deportistas más glamourosos. Así que AS (siempre atento a los valores deportivos) recogió el testigo de todas esas aficiones que se ponen en pie para recibir a Valerón en sus estadios y le homenajeó ayer en la Gala de los Premios AS. Fue el primer gran homenaje que recibe el Mago de Arguineguín en toda su carrera. Como no podía ser de otra forma, tenía que ser en la gala deportiva más importante que se organiza desde hace nueve años en España.
Que conste que rendirle cualquier tipo de homenaje a Valerón es hacerle poco más que una faena, puesto que eso supone romper su innata discreción y modestia. Así que ayer le vi feliz por el cariño y la admiración que recibió, pero también abrumado por la situación de verse protagonista en un evento con tanta enjundia. Y con su permiso me apropio de estas últimas líneas para agradecerle a Valerón que me haya concedido el honor de haber compartido junto a él tantos momentos buenos y malos en estos últimos 16 años y hoy poder llamarle amigo. ¡Gracias Flaco!