… Y Juantorena dio el visto bueno a la Titan Tropic
Cuando en la Plaza de Armas de La Habana sonó el himno de Cuba para recibir a la Titan Tropic todos los presentes se pusieron firmes para escuchar la solemne pieza musical. Y entre el tumulto de gente estaba Alberto Juantorena, uno de los mitos del atletismo del país caribeño. Ese Caballo indomable que galopó en los Juegos de Montreal 1976 para ganar los 400 y los 800, gesta insólita jamás repetida en la cita olímpica. A sus 65 años, sigue manteniendo esa planta majestuosa. Los bikers, fans y advenedizos se dieron cuenta que tenían a alguien importante delante y se lanzaban a retratarse con el ídolo Juantorena, que, entre foto y foto, acertaba a decir sobre la carrera ciclista: "Esto es una fiesta".
Y eso fue el prólogo de la Titan Tropic, "una fiesta" que mostró los encantos de La Habana pasando por el teatro Karl Marx, la Avenida de los Presidentes o el bucólico Malecón, donde sólo los más atrevidos eran capaces de sentarse en su bordillo amenazado por el bravo oleaje. Los ciclistas se deleitaban del paseo, todos, excepto Luis Leao Pinto, uno de los favoritos a la victoria que tropezó con un bordillo (acabó en el hospital). No hay que despistarse ni en los prólogos. Seguía la ruta, que se adentraba hacia el Capitolio, donde las calles están repletas de vida, de gente alegre... y se acabó en la Plaza de Armas, en el corazón de La Habana Vieja. La Titan Tropic ha empezado. Y tiene el visto bueno del caballo Juantorena.