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El proyecto que nació muerto

El madridismo, triste y compungido por un baño en toda la regla del Barcelona, se pronunció, con pañuelos y gritos de “Florentino, dimisión”. El partido del 0-4 fue una concluyente metáfora de una era, la época en la que el Barcelona ha sido mucho mejor que el Real Madrid como proyecto deportivo, como equipo de fútbol y eso tuvo una plasmación cristalina anoche sobre el césped del Santiago Bernabéu. Hace tiempo que el Madrid dejó de ser el Madrid para convertirse en una especie de subbuteo del presidente, que pensó que no había mejor director deportivo que él, que los diez entrenadores que ha tenido en sus dos etapas eran males necesarios y que los títulos, muy pocos, eran suyos y los que ganaron otros, sobre todo el Barcelona, era por culpa de esos técnicos.

El proyecto de Benítez nació muerto, cuando aceptó no ser manager general, cuando tragó con el no fichaje de otro delantero que consideraba necesario, cuando permitió que Gareth Bale fuese el jugador franquicia. Demasiado precio para cumplir el sueño de su vida como entrenador. El Bernabéu enfocó sus pañuelos hacia el palco. Una buena parte de los auténticos dueños del Madrid, sus socios, ya han detectado dónde está el problema y piden la dimisión del presidente. Un auténtico punto de inflexión en la relación de la grada con el palco, porque de tanto creer que sabía más de fútbol que nadie, se ha quedado sin protección. Echar al técnico ya no parece la solución.