España ante Inglaterra: un respeto
Hoy nos visitan los inventores, un respeto. Este partido se había pensado para el Bernabéu, pero los avatares en torno a Piqué lo desviaron a Alicante, en el intento de que la pita no sea tanta. Ojalá así ocurra, aunque ya hasta Del Bosque se muestra resignado en esto. A mí me gusta separar las revoltosas impertinencias de Piqué con respecto al Madrid, tan reiteradas y excesivas, de su papel como jugador de la Selección Española. Me consta que así como los pitos en el Clásico le sonarán a sinfonía, él mismo lo dijo, cuando juega con la Selección ya es otra cosa. Pero todo está ya muy revuelto...
Fue por él que este partido huyó de Madrid y aterrizó en Alicante. Gran ciudad y gran clima. Alicante está tomada por miles de ingleses, llegados con o sin entrada, a los que se une la larga colonia de jubilados de la Isla que habita por aquella tan agradable zona de nuestro viejo y querido país. Inglaterra, que lleva años en busca de sí misma, se presenta con un equipo en renovación, en el que dicen que Rooney será suplente, y del que quien más me preocupa a priori es Sterling, un demonio. España le opondrá lo mejor que ahora tiene Del Bosque, descontados los lesionados. Ante Bélgica será otra cosa.
Cada partido contra Inglaterra lo contemplo como algo solemne. Me hace recordar la felicidad con que mi padre me contó, tantas veces, que la primera vez que los ‘pross’ ingleses cayeron en el Continente fue ante España, en el viejo ‘Stadium’, comúnmente conocido como el Metropolitano. Era la España de Zamora, Quincoces y Gaspar Rubio. Fue exactamente el 15 de Mayo (San Isidro) de 1929. Aquello provocó un impacto mundial. Hoy Inglaterra parece una más, pero no lo es. Ellos lo inventaron, eso les debemos y por ello mismo es igual de importante que entonces ganarles.