Cristiano, Blanc y el pellizco de monja
La revelación de ‘Le Parisien’ de que Cristiano le habría dicho al oído a Blanc algo así como “me gustaría trabajar contigo” ha caído como otra bomba en el Madrid. Blanc compareció ayer ante la prensa y prefirió ser críptico. Nos llamó ‘raza aparte’ y se reservó el derecho a guardar para sí lo que el jugador le habló al oído. En todo caso, el gesto de cariño de Cristiano al entrenador rival tras el partido no dejó de ser algo anómalo. Y fue seguido de guiños de simpatía y complicidad con el presidenete del club, Nasser Al-Khelaifi, en la zona mixta al terminar el partido. Todo delante de muchas cámaras.
Claro, que había habido un prólogo. Kicker le adjudicó hace poco a Cristiano una frase inquietante: “¿Irme del Madrid? ¿Por qué no?”. Florentino tuvo la mala ocurrencia (acompañada de cachetito cariñoso) de pedirle explicaciones por ello a la llegada al campo, en ese ritual populista que se marca, para la televisión del club, de recibir a los jugadores a pie de autocar ciertos días. A Cristiano le sentó visiblemente como un tiro y se alejó negándolo. Luego jugó horriblemente mal. El peor partido que se le ha visto por aquí, quizá el peor que haya hecho nunca. Y después, lo de Blanc y Al-Khelaifi...
No sé lo que piensa Cristiano respecto al PSG ni es fácil saberlo. Lo que sí es palpable es un descontento que sin duda está mal manejado por el club. Se echa en falta una estructura, un director deportivo que se entere y que medie. En ningún caso es forma de abordar el problema un pellizco de monja del presidente, para lucimiento ante su clac, ante las cámaras del club y una hora antes de un partido clave. Al menos, Jorge Mendes ha salido en Reuters a decir que en su opinión Cristiano Ronaldo terminará su carrera en el Madrid. Él trata de arreglar lo que debería componer un director directivo.