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Apagando fuegos con gasolina

El GP más esperado de los últimos tiempos está en boca de todos, pero más por el morbo de la polémica que por su trascendencia deportiva, y es mucha. Hay quien dice que es bueno, porque eso convierte las motos en un deporte más demandado, pero también los hay que lo preferimos más como era antes, antes de estallar el caso Rossi-Márquez en Malaisia. Sin olvidar que Marc es la víctima en esta historia, no es agradable ver a los aficionados divididos como nunca, a las fábricas más poderosas enfrentadas comunicado va y viene, a Dirección de Carrera en entredicho, a Lorenzo ninguneado en segundo plano, a ‘las hienas’ torpedeando al de Cervera en su casa, al TAS metido en el ajo y a Dorna con una bomba en las manos que no se sabe si desactivará antes de la gran cita.

Ezpeleta, con Ippolito como testigo, lo intentará en la reunión del jueves a las 15:30 en el Ricardo Tormo, con los pilotos y jefes de equipo de MotoGP allí presentes, pero suspendiendo la clásica rueda de prensa de las cinco de la tarde con la que se abre cada GP. La idea es evitar el reencuentro público entre Marc y Valentino, por el morbo que eso genera, pero desnaturaliza el transcurso lógico de los acontecimientos en un GP, al mismo tiempo que impide la imagen más deseada, la de una reconciliación con apretón de manos en público entre Rossi y Márquez para sellar la paz. Eso es lo que realmente le hace falta a MotoGP y no apagar los fuegos con gasolina, que es lo que ha venido sucediendo en los últimos días desde todos los frentes. Otra cosa es que llegue…