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Clos Gómez arbitró con personalidad

No tuvo problemas Clos Gómez para llevar el control del juego en el primer tiempo, donde sólo mostró una tarjeta justa a Cabral por derribo con el cuerpo a Marcelo en la banda. No existió nada en el minuto 13’ cuando Aspas cayó en el área en un salto con Varane. Ni tampoco en el 16’, cuando se pidió mano de Ramos, ya que el balón fue despejado por el hombro de dicho jugador. No hubo penalti (la jugada fue dentro del área).

La segunda parte empezó con una tarjeta justa en el minuto 51 a Lucas Vázquez. Hizo una dura entrada a Iago Aspas. El colegiado dejó seguir el juego y le amonestó cuando terminó la jugada. Correcto. Poco después, en el 56’, Pablo Hernández fue bien amonestado por agarrón a Ramos, que se iba de cara a la portería contraria. Cabral, que estaba cerca, vio la segunda amarilla por protestar. Clos consignó en el acta: “Por llegar hasta mi posición gritando y gesticulando con los brazos en alto”. Y añadió en ‘Incidencias’: “Tras ser expulsado se dirigió a mí diciendo ‘cagón de mierda”. Clos fue rodeado por varios jugadores del Celta, teniendo que sacar dos tarjetas más, a Iago Aspas y a Augusto. Debía mantener su autoridad. Pero se salvó Orellana, (que también dio un golpe por detrás a Lucas Vázquez en el 59’), que le estaba aplaudiendo a unos diez metros de distancia.

En el minuto 60 también amonestó a Nolito por protestar, y ahí se terminaron los malos modos de los jugadores del Celta que tuvieron lugar, por los nervios, justo después de la expulsión de Cabral. En el minuto 95, Cristiano, en fuera de juego, dejó pasar el balón. Y Marcelo, viniendo de atrás, se lo llevó y marcó un gol legal (el 1-3).

Hay que destacar la labor de Clos Gómez por tres cosas fundamentales. Que dejó jugar y aplicó bien la ventaja cuando vio que se podía. Que fue justo descontando cinco minutos al final, con buen criterio. Y por último, por su personalidad. No se arrugó en ningún momento, sobre todo cuando fue rodeado por los jugadores del Celta, sacando las tarjetas que correspondía. Y eso lo vio claro el Madrid, porque en ningún momento le respondió a una decisión. Clos pita igual al Madrid fuera o en el Bernabéu.