Marcelo decidió alborotar el mal inicio de partido del Madrid, intensificó la presión, robó, progresó, se apoyó en Cristiano y le dio tiempo a proteger el balón de vuelta para abrir la lata, como si fuera Benzema. Marcelo siempre fue diferente, pero ha alcanzado ese punto de madurez de los laterales excepcionales, aquellos que se convierten en la primera referencia de salida de balón y que son capaces de proyectarse sin desmayo, con calidad, hasta la línea.

Por la otra banda, como contrapeso, pululó Danilo. Poco apoyado, se vio desbordado en defensa, donde Toño, excelente centrador, se le atragantó. Cierto es que sale de una lesión y que la sombra de Carvajal es alargada, pero Danilo es mucho más de lo que se ha visto. Marcelo, cuando llegó al Madrid, parecía así, pero su partidazo hizo más evidente la pobre impresión de su compatriota en el lateral derecho. Fue nítida la diferencia entre un fuera de serie y un fuera de forma…