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Un samurái sin espada

Sr. Tomita. A Fernando le encanta Japón y adora a los japoneses. Le divierten. Los admira. Desde que pone un pie en Suzuka, él deja de llamarse Fernando Alonso y adopta el nombre de ‘Tomita San’, o lo que es lo mismo, Sr. Tomita. Si uno de sus fans le llama así, tiene el éxito asegurado con el piloto asturiano.

Samurái. Fruto de su pasión por la cultura nipona, Alonso nos sorprendió hace unos años con un enorme tatuaje en su espalda en forma de samurái. Un día me explicó su significado: “Siempre hay que luchar, las cosas no llegan por sí solas y hay que tener constancia. A mí me recuerda un momento importante que pasé y el samurái (el del tatuaje) está con una rodilla en el suelo, como casi una derrota, pero siempre mirando hacia arriba”.

Bushido. Creo que esto explica muchas cosas. Que Fernando adora la cultura japonesa y se inspira muchas veces en el código bushido (estricto código ético del samurái). Que es un luchador y que está acostumbrado a caer y a levantarse. Pero todo buen samurái necesita su espada y armadura y, como dijo su compañero Button, ellos no tienen nada.

Radio. Alonso llevaba 13 carreras sufriendo las heridas de un motor sin potencia, sin fiabilidad y un chasis que tampoco estaba a la altura. Luchaba sin rechistar contra los Manor, los Sauber y poco más. Pero el pasado domingo estalló. Y con motivo. “Esto es vergonzoso. Motor de GP2”. Varias veces lanzó este mensaje por radio y en una de ellas se le escapó un grito final que me recordó a Michael Douglas antes de enloquecer en ‘Un día de Furia’. Frustración lo llaman.

Estalló. Yo me preguntaba a menudo cuándo iba a llegar ese momento porque por mucho que él crea en el proyecto McLaren-Honda, también es un ganador. Por eso precisamente eligió la escudería británica, porque estaba cansado de ser segundo. Y el pasado domingo, después de 14 carreras sufriendo, viéndose doblado por pilotos con los que debería estar luchando de tú a tú, estalló.

Dudas. ¿Que quizás Suzuka no fue el lugar adecuado para meterse con el motor nipón delante precisamente de todos los directivos de Honda? De acuerdo. ¿Que la decisión de dejar Ferrari y verse en esta situación dantesca la tomó él y sólo él? También. Pero que levante la mano quién durante una carrera no se ha indignado porque el de al lado te dice admirado “oye, Fernando está décimo” cuando debería estar peleando por el podio. Culpable. Que levante la mano el que no dudó, hace exactamente un año, que la opción de irse a McLaren-Honda parecía la mejor a falta de un asiento en Mercedes. Culpable.

Compromiso. Creo que Alonso no puede estar más comprometido con la batalla en la que se ha metido. Aunque a veces grite porque las heridas duelen. Pero como buen samurái, se levanta y sigue peleando. Yo sólo pido a los señores de McLaren-Honda que le den cuanto antes su espada y su armadura para verle de nuevo pelear con los mejores.