“Tranquilos, que vengo del Elche...”

Escribá se echó a reír  el pasado viernes cuando, tras ganar al Málaga 1-0, Lafita le previno en el vestuario: “Míster, acostúmbrese, que aquí todos los partidos se ganan igual, con mucho sufrimiento”. “Tranquilo, que vengo del Elche...” contestó el técnico viniendo a decir:  A Noé le vas a hablar tú de la lluvia…. A Escribá no le asusta el destino porque él ya ha demostrado que es un experto en gestionar sufrimientos. La temporada pasada en Elche fue más dura que un año con cuatro inviernos. Primero les limitaron para fichar en verano, luego les prohibieron fichar en enero y acabaron con una plantilla de 18 jugadores... ¡y salvándose!   

Piensa siempre que la verdadera victoria está en el esfuerzo, no en el resultado”, es la frase con la que Escribá da la bienvenida a todo el que visita su web oficial. Parece un hombre de ley: no es presumido, no se las da de listo, esquiva los focos, habla claro y se queja poco. Cuando el año pasado varios entrenadores de la Liga lloraban porque el rival se había gastado 300 millones en fichajes y su club sólo 100, no se sabe si Escribá rompió a llorar o a reir. Empezó de segundo de Quique Flores tanto en el Getafe como en el Atlético. Dicen los que seguían a diario aquellos  entrenamientos que las jugadas de estrategia eran cuestión de Escribá, que la táctica es cuestión de Escribá, que Escribá sabe un mundo de fútbol. Ahora lidera al Getafe y hoy vuelve al Calderón, donde quién sabe si algún día no vuelve como primer espada.