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Francia, ‘descanse en Pau’

Francia. Descanse en Pau. Tomo el titular de un tuit del “cantahumor” mallorquín Riki López. Porque lo de anoche de Pau Gasol fue de los más grande de su vida y de la nuestra, un goce infinito. Anoche también me acordé de Andrés Montes, de su recuerdo a las alcachofas de Sant Boi cada vez que Pau Gasol le rompía la tapa al frasco. Ya no sé si la “Oda a la alcachofa” es de Neruda o de Montes. Otro aficionado decía en Twitter: “A Pau lo pones con Blancanieves y los siete enanitos y juega final de Conferencia.” Porque anoche E.T. nos llevó en bicicleta hasta la luna, se bajó un momento para meterle 40 puntos a Francia y nos trajo de vuelta a casa, para volver a tener la sensación de acostarnos felices, satisfechos de tal dosis de una excelencia que sentimos de todos un poco. Porque por mucha fama que le den a Merkel, es en realidad Pau Gasol quien ha puesto a Europa a sus pies en este Eurobasket.

Una argucia que se volvió contra ellos. Francia quiso plantear un partido duro y defensivo, infravalorando la versión “zumba” del juego de España. El equipo de Collet pegó más y por lo tanto acumuló más faltas. En condiciones normales tal diferencia de personales a su favor le ayudaría en un final de partido apretado con respecto a los árbitros, que siempre miran los casilleros de faltas para compensar y contemporizar. Pero midieron mal. Jugaron ya el final del último cuarto relevando a los pívots que ponían contra Gasol, amenazados por la eliminación. Rudy Gobert, su mejor anti Gasol, tuvo que dejar el partido con cinco faltas a falta de poco más de un minuto para el final de la prórroga. Francia estaba tres puntos por delante. Sin el gigantesco Gobert, Pau Gasol se bañó entre espuma y tuvo tiempo para meter ocho puntos más y ponerle la rúbrica definitiva a una actuación para la historia.

Más vacaciones, mejor verano. La embriaguez por el partidazo y la deslumbrante exhibición de Pau Gasol han dejado en un segundo plano las consecuencias más determinantes: la clasificación para los Juegos Olímpicos de 2016 y el alivio por un verano tranquilo. Evitar el preolímpico de julio es condición sine qua non para poder afrontar el campeonato en Brasil con las máximas aspiraciones. Porque esta generación se ha ganado una vida más.