Ansiosos por afrontar el reto
El nombre y la fama. El mejor aperitivo para abrir boca antes del partido que hoy enfrenta a España con Grecia es meterte en la cabeza de muchos de los jugadores españoles, imaginar, visualizar su previa. Muchos estarán deseando que empiece, ansiosos por jugar y afrontar el reto. La confianza y la valentía construidas por éxitos y medallas pueden ser recursos básicos a utilizar esta tarde. Parece el Cid, es su caballo.
Recuerdos recientes. En el Eurobasket de 2005 España finalizó su partido contra Alemania también en el último segundo, pero perdiendo por culpa de un tiro de Nowitzki sobre la bocina. Estaba España sin Gasol pero con un Navarro que metió 27 puntos. Grecia fue por el otro lado del cuadro y conquistó el torneo con jugadores como Spanoulis, Zisis y Bourousis, que hoy estarán en la pista contra España. En 2009 España dio cuenta de Grecia en semifinales, con Pau Gasol de líder y un Rudy Fernández fantástico. Grecia ya tenía ocho jugadores de los actuales, lo mismo que hace dos años, en Eslovenia, cuando España perdió contra Grecia en la segunda fase. Aunque Spanoulis mandó y disfrutó aquel día, fueron los triples de Kaimakoglou y Bramos los que más dolieron. La defensa griega provocó 17 balones perdidos de España, un aspecto a vigilar hoy teniendo en cuenta que al final del tercer cuarto contra Polonia, el sábado pasado, España ya sumaba doce pérdidas.
El logro de Bagatskis. El seleccionador letón, Ainars Bagatskis, es uno de mis entrenadores favoritos del mundo FIBA. Como jugador era una máquina de anotar, un gran tirador. Como entrenador, su último logro fue meter al Nizhny Novgorod en el Top- 16 de la Euroliga y propiciar el progreso de sus tres jugadores principales hasta provocar el salto de cada uno a equipos de mayor calado: Rochestie al Maccabi, Thompkins al Real Madrid y Parakhouski con un contrato millonario al Unics Kazán, cuando también le perseguían el CSKA y el Olympiacos. Ahora ha metido a Letonia en cuartos de final, a una selección que representa a un país con menos de dos millones de habitantes. Es su mejor clasificación tras la independencia de la URSS igualando, de momento, la actuación de 2001, entonces con jugadores como Valters, Kambala y el propio Bagatskis en la cancha.