Piqué, Madrid, Barça, España y Cataluña

Siempre he pensado, y alguna vez escrito, que en las polémicas futbolísticas el que más razón tiene es el primero que se calla. Bueno, pues para todo hay excepciones. Piqué compareció este jueves ante la prensa, a petición propia, entre máxima expectación y morbo. Se especulaba incluso con que anunciase que deja la Selección. Pero lo que salió de allí fueron unas consideraciones oportunas y convenientes sobre lo que le está pasando, expuestas desde un hilo conductor necesario: la separación entre sus gestos hacia el Madrid y su actitud ante la Selección Española. Contra el Madrid, todo, a favor de la Selección, todo. Eso vino a decir.

Conviene recordar que todo esto empezó con su burla al Madrid con lo de Kevin Roldán. Eso provocó los pitos en León donde, como en casi todas partes, hay muchísimos madridistas. Reconoció inelegante ese comentario, aunque sin lamentarlo. No le importa su papel de banderín antimadridista. Quiere que el Madrid pierda siempre y los pitos en el Bernabéu le suenan a sinfonía. No es un ejercicio de concordia, pero en un caso así, dado dónde estamos, lo que está pasando y lo que algunos quieren provocar, veo en esto algo muy bueno: separa sus fobias al Madrid de su presencia la Selección.

"De hipótesis no hablo", dijo cuando le preguntaron por una eventual selección catalana. Y manifestó su satisfacción por haber jugado tanto y con tanto provecho con la española: "Lo último que haría sería dejar la Selección". Una proclama que habrá decepcionado a los radicales de uno y otro lado. Esa fusión-confusión que pretende que el Madrid es España y el Barça es Cataluña estaba envenenando este caso. Piqué separó esas aguas en una comparecencia voluntaria. Más allá de todas las actitudes prescindibles que le conocemos, fue buena y esclarecedora. Su rivalidad es la Madrid-Barça, no España-Cataluña.