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Más de Copa que de Liga

Un cruce antes del primer cruce. Todos celebrábamos la eliminación de la segunda fase y la recuperación de la eliminatoria de octavos de final en un Eurobasket y resulta que nos encontramos con un improvisado partido de dieciseisavos. Contra Alemania, el que pierde paga y se va. Por fortuna Alemania ni va sobrada, ni Nowitzki se mueve como antes ni tienen la configuración de equipo de Serbia e Italia. Ojalá se cumpla esa teoría de que esta Selección es más de Copa que de Liga, más de eliminatoria que de regularidad.

Victoria de resultado y estadística. El partido contra Islandia, el que pretendía ser un ungüento, una noche de pago de platos rotos, no nos ha aliviado grandes preocupaciones. Islandia nos metió el susto en el cuerpo durante la primera mitad, poniendo en evidencia que España tuviera que acudir a sus principales armas y recursos contra la cenicienta del grupo. Fue necesario y urgente que metieran 43 puntos entre Gasol y Mirotic, que los dos y Llull fueran tres de los seis jugadores que sumaron más de veinte minutos de juego en pista. Resultó chocante la facilidad del equipo islandés para cogernos rebotes de ataque o que España decidiera recogerse en una defensa zonal contra un equipo como Islandia, aunque solo fuera por practicarla para cuando sea justa y necesaria. Lo mejor, por más novedoso, fue la capacidad de resolución de Sergio Rodríguez y Ribas en determinados momentos y los buenos minutos finales tanto de Claver como de San Emeterio.

Cosas de entrenadores. Chris Fleming es el seleccionador de Alemania. Un estadouni­dense de New Jersey que lleva 21 años en Europa, primero como jugador y después como entrenador. Casi media vida. Por lo visto ayer en el final del partido contra Italia la fusión de culturas baloncestísticas puede en ocasiones añadirle un prefijo y derivar en confusión. Con la ventaja de tres puntos para los alemanes, a falta de 27 segundos y tras canasta de Schroder, Fleming ordenó faltas sucesivas sobre los jugadores italianos, supuestamente para evitar el triple y forzar los tiros libres.. Hasta ese momento el conjunto de Pianigiani acumulaba una serie de 9 de 28 en lanzamientos de tres. Italia sumó dos tiros libres y el que acabó fallando uno en el siguiente ataque fue el propio Schroder. El tiro posterior de Gallinari forzó la prórroga.