El proyecto de reforma del Santiago Bernabéu... ¡Ay, Carmena!
Tanto gusto. Dejando a un lado la polémica de estos días sobre los contratos de recogida de basura de Madrid, en los que ACS tiene parte y que Manuela Carmena pretende “remunicipalizar”, nadie podría extrañarse de la cara que se le quedó a Florentino (pueden verla en la foto que ilustra este texto) la primera vez que tuvo delante a la alcaldesa. Pensaba, quizá, en su proyecto de reforma del Bernabéu. Sus temores se confirmaron cuando leyó una reciente entrevista de la regidora en La Marea: “Ni me han invitado, ni voy a ir nunca al palco del Bernabéu”.
Torero. Pero Florentino ya ha demostrado tener buena mano para templar embestidas que vienen tan reviradas o más que a la que se enfrenta con la nueva alcaldesa. Aún es muy comentado, por ejemplo, un célebre suceso: la vez que Cándido Méndez apareció en el restaurante Jockey para sentarse a la mesa en una comida de directivas del club blanco y el United en vísperas de Champions. Cuando los ingleses vieron entrar la barba del sindicalista y leyeron la chapa que lucía (“No a la guerra”, por la guerra de Irak), también pusieron una cara parecida a la de la foto que ilustra este texto. E hicieron una pregunta: “¿Qué hace este señor aquí?”.
400 millones. El diario El Economista apuntó hace unas fechas que estaban en riesgo los 400 millones que el Madrid pretendía ingresar por el acuerdo al que llegó con IPIC (fondo de inversión propiedad del gobierno de Abu Dhabi) en virtud del cual, tras las anheladas reformas del estadio, este pasaría a llamarse (según le dijo Florentino a Lucía Figar) “IPIC Bernabéu, Cepsa, o como ellos quieran”. Como si le quieren llamar Don Petróleo Bernabéu, añadimos. Con tal de que pongan la pasta... Al parecer, si las obras no se terminan en el plazo de tres años desde la firma del acuerdo, el contrato devendrá en nulo por una de las cláusulas incluidas en el mismo. “Todo está pendiente de salvar unos pequeños detalles”, le decía Florentino a De la Morena en El Larguero. Con “unos pequeños detalles”, el presidente se refería a que el TSJM declaró nula la Modificación Puntual del Plan General de Ordenación Urbana aprobada por Ayuntamiento y Comunidad (ambos entonces del PP), y que era la base sobre la que se sustentaba todo el proyecto. Minucias.
El truco. Después de aquel revés judicial ante el que no cabía recurso, el Madrid deslizó que había una solución: un cambio en la normativa para que el proyecto se ajustara a la Ley del Suelo. Honestamente, no sé qué poder tiene un club de fútbol para propiciar un cambio en la normativa de la Ley del Suelo, pero sí sé que sólo puede hacerse con el visto bueno del Ayuntamiento (¡Ay, Carmena!) y de la Comunidad. Así que esperamos, impacientes, para ver el aspecto del conejo que Florentino saca de su chistera antes de la Asamblea del día 19.