Una Vuelta preciosa e intensa

La Vuelta coge intensidad de cara a su última semana. Se pone, además, interesantísima. Los escaladores van recortando con precisión quirúrgica tiempo a Dumoulin, sabedores de que éste, en la crono del miércoles en Burgos, les puede sacar hasta tres minutos. Esa es la ventaja mínima que persiguen Aru y Purito. El sábado, en la Fuente del Chivo, le metieron medio minuto; ayer, en Sotres, casi uno. Sus previsiones se van cumpliendo. Las de Dumoulin, también. De momento sigue vivo. Hoy, en la Ermita del Alba, todo deberá quedar más claro. Será la última oportunidad para Aru y Purito. Y, atención, nuestro Purito se puede encontrar con la oportunidad de su vida: ganar una grande. Aru sólo le saca un segundo.

El diseño de esta Vuelta y el reparto de las etapas está permitiendo que la carrera se haya puesto tan emocionante. Nos descubre, además, paisajes fantásticos. Con llegadas inéditas y, por tanto, imprevisibles. El último kilómetro de Sotres resultó todo un descubrimiento. Como fue el de la Cumbre del Sol. El kilómetro interminable pudiera llamarse. Donde cualquier cosa puede suceder. Pues el final de hoy aseguran que es aún más tremendo. Lo que hay antes, por supuesto. Con recorridos así se crea afición. Como la Selección de baloncesto con el juego que realizó ante Turquía. Por fin pudimos ver fiereza de principio a fin. Ni una sola concesión al rival; ni una frivolidad en el banquillo. Teniendo como objetivo los 100, difícil perder.