Zona cero para la Selección
A este formato de competición le asaltan brotes esquizofrénicos hasta que el paso de los partidos va poniendo a cada uno en su sitio. Pero hay cosas seguras: Turquía es peor que Serbia pero mejor de lo que pareció ante una España que ha enseñado en dos jornadas a su Jekyll y a su Hyde. Una España que, como mínimo, ha sabido responder como tocaba al bofetón inaugural. Con soluciones y juego en lugar de excusas y languidez. Una zancada importante tras un primer partido que le podría servir como zona cero a partir de la que reiniciarse para reconocerse a sí misma.
La Selección, su Jekyll demodelor, pasó por el ecuador del tercer cuarto en +28, con 73 puntos anotados, un 10/16 en triples y 15 asistencias. Salió a provocar que pasaran cosas, no a esperar que estas le cayeran en los brazos. Y consiguió que empecemos a hablar más de lo que tenemos que de lo que nos falta. Los tiros entraron, porque el día fue más propicio pero sobre todo porque se atacó mejor. España puso ritmo e intensidad en ataques más cortos y asertivos que se gestaban en la defensa. Repartió pronto minutos y armonizó las galopadas de los Sergios con ese crujido sísmico que produce la mejor versión de Gasol. se trataba de recordar que España puede jugar como ante Turquía. Hoy, para evitar la esquizofrenia, de no olvidar que también puede hacerlo como en el segundo tiempo ante Serbia.