España juega contra el líder del grupo

España juega hoy contra el líder del grupo, una selección que ya nos ganó en su campo y que lleva una racha formidable, con nueve victorias consecutivas. Eso habla de un equipo embalado. Acostumbrados de siempre a mirar estos partidos de clasificación como tediosos trámites a la espera de la fase final, esta vez nos enfrentamos a uno que tiene otro carácter. No sólo se clasifica el primero, sino también el segundo, y hasta queda posibilidad para el tercero, por puntuación o tras repesca. Perder hoy nos pondría al alcance de Ucrania para disputar ese tercer puesto, una perspectiva tenebrosa.

No lo digo para asustar sino para poner el partido en su importante perspectiva. Eslovaquia nos suena a país nuevo y pequeño, pero que trae muy lejana tradición futbolística. Checoslovaquia, de cuya partición en dos es producto, fue campeona de una Eurocopa, la del 76, y finalista de dos Mundiales, los del 34 y 62. Por allí se ha jugado siempre bien al fútbol. Así que lo de esta noche en Oviedo (donde se volcará un público feliz por el regreso de las sombras del equipo de la ciudad) va en serio. Del Bosque tiene esta vez más razón que otras veces al darle importancia al partido.

Yo espero que salga bien. El chasco del Mundial va quedando lejos, no hay herida que el tiempo no cierre y en el equipo hay varios jugadores que, aunque tengan trayectoria detrás, tienen cosas por reivindicar. Para empezar, los porteros (se supone que jugará Casillas) y para terminar, el delantero centro, Diego Costa, que aún no ha conseguido justificar el interés que por él mostró Del Bosque, y bien que le duele. El equipo se va reorganizando poco a poco, sobre el triángulo de seguridad que forman Sergio Ramos, Piqué y Busquets, en busca de una alegría que perdió en Brasil. A ver si hoy...