Desacato de la ACB al CSD
La ACB no cumplirá la resolución del CSD por la cual el Ourense tendría que jugar en su Liga la próxima temporada. Considera esta resolución como “una injerencia en la capacidad autoorganizativa de la Asociación”. Una Asociación que hace año y medio pidió amparo al CSD para resolver una de sus mayores crisis al no encontrar presidente ejecutivo. De esa reunión, presidida por Miguel Cardenal, salió precisamente el Foro Consenso para impulsar la búsqueda de soluciones. El CSD ha sido tradicionalmente mediador entre la ACB y todos los organismos con los que ha estado enfrentado: Federación, sindicato de jugadores, árbitros... Y ahora que un club le pide mediación y resuelve, la ACB califica de injerencia su actuación.
Las competencias recibidas en su día no conceden a la ACB autonomía como para incumplir resoluciones superiores. La ACB no puede ser un corralito del baloncesto, cuando su dependencia de las administraciones es absoluta. La cifra debe ser tan escandalosa que nadie hace públicas las aportaciones que reciben los clubes por parte de las comunidades, las diputaciones y los ayuntamientos. Pues esta Asociación que gasta sólo en personal (90 millones) más de lo que ingresa (72), y que registró unas pérdidas de 74,9 millones —a saber cuántos de dinero público— en la última temporada auditada (2013-14), se pone a enarbolar la bandera del autogobierno. Demostrada está su capacidad en crear problemas y no encontrar soluciones.