Este nuevo Atleti de Griezmann y Óliver
Este Atleti viene en serio. La floja impresión que dejó en la primera jornada, ante Las Palmas, la corrigió ayer con una victoria contundente en Sevilla, ganada a pulso. Partido serio y con cuajo, como obligadamente han de serlo los que juegan estos dos equipos, cuyos técnicos tienen mucho de que presumir. En la víspera, cada uno enalteció al otro, señal del respeto mutuo que se profesan. Luego, sobre el campo, ganó Simeone porque los suyos tuvieron un poquito más de todo. Y muchos poquitos hacen un bastante o un mucho. De ahí el brillante marcador, 0-3. No es fácil ganar en Sevilla 0-3.
Se han hecho bien las cosas este verano en el Atlético. En realidad, hace tiempo que se hacen bien. Las salidas no tienen por qué hacer daño porque las entradas parecen atinadas. Y crece Griezmann, que cada vez juega mejor. Ayer fue el primer plus del Atlético sobre el Sevilla. Sus genialidades tuvieron en un brete a sus rivales, pero también su genio, su lucha. La forma como se las apañó para ponerle el balón a Koke en el primer gol fue un prodigio de tesón, astucia y habilidad. Su tirazo a la escuadra que pudo ser el 0-4, confirmó que domina todos los registros. Un jugador excepcional y en crecimiento.
El Atlético supo además cerrar las embestidas del Sevilla en la segunda parte, bien jugada por los locales, y filtrar contraataques peligrosos con Torres y Griezmann como flechas. Tuvo su puntito de suerte en el gol de Gabi, que rozó en Krychowiak, y cuando a partido roto compareció Jackson Martínez para hacer un gol de superclase recordamos que hay banquillo: ahí estaban Vietto, Carrasco y Savic. Este Atleti mantiene su fortaleza, pero aspira a jugar mejor. Ahora no lo define sólo el esfuerzo (Raúl García se va al Atheltic, signo de lo que digo), sino el juego de alta escuela de Óliver y Griezmann.