El problema es que no sobra nadie

Cuando al aficionado le pides que ponga once titulares, pone once. Y en esas siempre se va a quedar un jugador imprescindible fuera. Como apenas le hemos visto el pelo en la pretemporada, borran a Benzema. Pasados dos meses, si el francés se pone las pilas, le tocará a Bale. El resto parecen intocables, incluidos Isco y Carvajal. El primero porque siempre te va a sorprender con algo diferente y el segundo porque ha demostrado en los amistosos que no tiene nada que envidiar a Danilo. Así las cosas les toca remar a los del banquillo cuando tengan minutos. Y el banquillo es de lujo, el sueño de cualquiera. Está el asunto del central, y ahí tampoco parece que haya dudas: Varane lleva demasiado tiempo derribando la puerta del vestuario.

Al final, con cambio de entrenador incluido, estamos como estábamos el pasado verano, especulando con lo mismo, realizando las mismas quinielas para confeccionar un once titular. Lo que ha llegado no acredita ser mejor que lo que estaba, aunque asegura una mayor estabilidad cuando lleguen las lesiones y las semanas de tres partidos. Benítez habrá tomado buena nota de lo que ocurrió tras las vacaciones de Navidad. El equipo manifestó problemas físicos. El actual entrenador se ha guiado siempre por un sistema amplio de rotaciones, al que renunció Ancelotti. Pero eso también supone un problema, porque no gusta en exceso al Bernabéu. De cualquier modo, cualquier míster del mundo desearía estar en esa encrucijada.