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Al fin llega a Europa el hijo de la entrenadora

Vargas. El goleador de la Copa América sigue en su país, en su casa. Entrenándose con un preparador físico que ha contratado personalmente (Bonini, viejo colaborador de Bielsa), intentando reprimir su aumento de peso, y sin encontrar equipo. El Nápoles, actual propietario de sus derechos, no le urge para volver. Hace tiempo que le perdió la fe a Vargas. Como tampoco le quiere la Liga BBVA, tras su paso gris por el Valencia. Ni la Premier, que recuerda el nefasto tránsito por el Queens Park Rangers. Y ahora nadie llama a esa puerta. Pese a los goles que le dieron el título a Chile. Quizás es un problema de sueldo (dos millones de dólares al año) asociado a su misterio personal (goles de selección que no aparecen en los clubes). Un pichichi abandonado.

Kranevitter. El nombre de moda en Argentina. El medio centro que viene, una versión reconocible del jefecito. Kranevitter, vital en la corona de River Plate en la Copa Libertadores. Jugó siempre, dio más pases correctos que ningún otro jugador, recuperó también más que nadie. Un gran volante, más de quite que de entrega, con recorrido, dinámico. Elogiado en voz alta por Simeone y que se anima sin disimulo a gritar que quiere jugar en el Atlético. El Mundial de clubes, que los argentinos se lo toman más en serio que nadie, le sujeta por ahora a Buenos Aires. Llegará a España, ahora o en enero, un futbolista extraordinario.

Sampaoli. Parecía un tema cerrado. Pero el técnico argentino quiso reabrirlo por enésima vez. Y de nuevo, durante una semana, pareció que se va, que deja Chile a escasas fechas de que comiencen las eliminatorias para el Mundial 2018. Don Jorge se reunió con el Inter de Porto Alegre, también con la federación de México, a quien pasó incluso una lista de jugadores con los que querría contar, desestabilizó el ambiente del fútbol chileno y obligó al presidente Jadue a preguntarle de nuevo por sus intenciones. Para terminar con ese “me quedo” que cada diez minutos pone personalmente bajo sospecha. Lo que no le llega es la oferta que quiere. Sampaoli, mejor entrenador que serio.

Aránguiz. “Va a dar mucho que hablar. Tiene un tipo de fútbol que a Europa le hace mucha falta: inquisidor, buen trato de balón, excelente conducción, habilidad e intención. Con encanto para entregar la pelota, maneja los tiempos, habilita en el momento oportuno, hace la pausa cuando debe. Inteligencia absoluta en el medio campo”. La definición es ajustada y la pone gente de fútbol, la propia madre de Aránguiz, Mariana Sandoval, entrenadora y dirigente de un club de barrio de Santiago. Su agente no lo retrataría mejor. El Bayer Leverkusen ha conseguido un tesoro, mucho mejor dentro del campo de lo que hasta ahora de él ha trascendido. Más de entrenador que de grada. Ojo a este futbolista por parte de madre. Un fenómeno de 26 años que empieza a pasar la prueba de Europa.