Donde se ponga Isco, no hace falta inventar mediapuntas
El nuevo orden del Madrid. Muy buenas sensaciones dejó el equipo de Rafa Benítez ante el Manchester City, especialmente en el juego sin balón, donde se vieron trazos de equipo que quiere estar junto, defender en no demasiados metros, salir rápido y dar libertad de movimientos en el frente de ataque a sus estrellas en la delantera para sorprender. A falta de James y, quién sabe si Danilo, por no volver a hablar de De Gea, el once de memoria parece servido. Si se trataba de dejar en las antípodas, ante 100.000 espectadores, el regusto de un Madrid grande, los deberes que no se vieron contra el Roma se hicieron a conciencia frente al City.
Cuando no llega con el duende. Sobre gustos futbolísticos no hay disputas, sino opiniones. Uno piensa que Isco es el mejor segundo punta que tiene el Real Madrid. Siempre que le han dejado, lo ha demostrado. Incluso, ha sabido mutar su piel de genio para encontrar acomodo en cualquier lugar del centro del campo sin desentonar. Isco es el aroma de lo diferente y su inspiración, propia de un elegido. Lo que chirría es la sensación de que si hubiese nacido en Río de Janeiro, en lugar de en Arroyo de la Miel, sería uno de los Cuatro Magníficos. En este año de Eurocopa, igual que ocurre con Pedro, hay jugadores que necesitan espacio para sacar todo lo que llevan dentro, que es mucho.