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Donde se ponga Isco, no hace falta inventar mediapuntas

El nuevo orden del Madrid. Muy buenas sensaciones dejó el equipo de Rafa Benítez ante el Manchester City, especialmente en el juego sin balón, donde se vieron trazos de equipo que quiere estar junto, defender en no demasiados metros, salir rápido y dar libertad de movimientos en el frente de ataque a sus estrellas en la delantera para sorprender. A falta de James y, quién sabe si Danilo, por no volver a hablar de De Gea, el once de memoria parece servido. Si se trataba de dejar en las antípodas, ante 100.000 espectadores, el regusto de un Madrid grande, los deberes que no se vieron contra el Roma se hicieron a conciencia frente al City.

Cuando no llega con el duende. Sobre gustos futbolísticos no hay disputas, sino opiniones. Uno piensa que Isco es el mejor segundo punta que tiene el Real Madrid. Siempre que le han dejado, lo ha demostrado. Incluso, ha sabido mutar su piel de genio para encontrar acomodo en cualquier lugar del centro del campo sin desentonar. Isco es el aroma de lo diferente y su inspiración, propia de un elegido. Lo que chirría es la sensación de que si hubiese nacido en Río de Janeiro, en lugar de en Arroyo de la Miel, sería uno de los Cuatro Magníficos. En este año de Eurocopa, igual que ocurre con Pedro, hay jugadores que necesitan espacio para sacar todo lo que llevan dentro, que es mucho.

La negociación de Ramos. Florentino Pérez, entre sus muchas negociaciones en China, tiene previsto conversar con Sergio Ramos e intentar desbloquear la situación con el de Camas, que tiene dos años de contrato, pero que se ha sentido maltratado y no solo malpagado, como quieren hacer ver. La situación llega a tal surrealismo que hasta su ausencia en la recogida del trofeo en Australia se lee como parte de la negociación. Por el bien del Madrid, del jugador y de la Liga, convendría que se pusiesen de acuerdo cuanto antes. El ‘héroe de la Décima’ merece un trato diez, más allá de si se llega o no a pagarle los diez millones.

El ejemplo del City. Es cierto que le faltaban sus centrales titulares y el Kun Agüero arriba, pero tener un elenco de estrellas no es tener un gran equipo. Lo que llama la atención del City es que, más allá del fútbol, parece no tener espíritu. Hay jugadores que encarnan el alma que todo gran club necesita. Eso es lo que le da, por ejemplo, Sergio Ramos al Madrid. Para un equipo de fútbol, eso es mucho más importantes que vender camisetas…