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El día que la ONCE se ganó un 10 en Mende

El aeródromo de Mende se estrenó como meta en 1995 con una de las victorias más ensalzadas en el Día Nacional de Francia y con una de las etapas más delicadas que tuvo que superar Miguel Indurain durante su reinado. ‘10 al ONCE’, tituló el diario AS en su primera página, tintada de rosa, el color que vestía el equipo de Manolo Saiz. Aquel imaginativo triunfo de Laurent Jalabert fue un bello capítulo de ciclismo.

Ese 14 de julio se cubrió la 12ª etapa, desde Saint Étienne, por un sinuoso trazado de 222 km por el Macizo Central. Un sexteto se destacó en torno al km 20, con tres ciclistas de la ONCE: Jalabert, Neil Stephens y Melcior Mauri. Cuando la escapada superó los 10 minutos y Jaja llegó a ser líder virtual, las alarmas saltaron en el Banesto, que no podía con la carga de la persecución. Comenzaron las conversaciones coche a coche. Al fin entraron varios equipos: unos, con intereses, como Gewiss, Carrera o Mapei; y otros, con motivaciones más misteriosas, como Polti o Novell. La distancia se redujo a 5:41. Jalabert se puso tercero, a 3:35, y Alex Zülle seguía segundo, a 2:44. “¿A quién debe marcar ahora Indurain?”, se le preguntó a José Miguel Echávarri. “Lo mejor es marcar a su director, a ver si se le acaban las ideas”, bromeó el técnico.

Aquella gesta también creó algunos problemas a la ONCE. En los días siguientes llegaron noticias de que había bajado la venta de cupones en España. Muchos aficionados no entendían que un equipo de la tierra complicara la conquista del histórico quinto Tour al ídolo nacional con líderes extranjeros: Zülle, que terminó segundo en París, y Jalabert, cuarto. Johan Bruyneel también le había birlado el triunfo en Lieja.